Si toda la vida dependiera de los logros profesionales, el sistema académico sería el único medio necesario para realizarnos. Por mucho tiempo se vivió creyendo que los conocimientos técnicos para ejercer una profesión, era lo que definía la identidad de una persona, y también las oportunidades que tendría garantizadas.
Hoy sabemos que el conocimiento especializado en función de lo profesional, es sólo un área de otras tan importantes para la realización personal.
Es especialmente llamativo como una licenciatura o doctorado, no proporciona el conocimiento tan básico y a la vez vital para una vida equilibrada, como la gestión de las emociones propias y ajenas.
La calidad de tu vida es proporcional a la calidad de los estados emocionales que generes y mantengas la mayor parte del tiempo. Ya que del modo que te sientas, depende la relación con vos mismo y con tu entorno. Así que por más éxito profesional que se tenga…acaso no es lo mismo a no tenerlo cuando no se disfruta?
Por otra parte y desde este nuevo paradigma, el mundo profesional también cambió. Los perfiles que priman al momento de contratar, son los que tengan cierta calidez en el trato. Muchas veces se escucha… – que sea buena persona. O – ¿es buena persona? Porque se sabe que todo es enseñable, todo se puede transmitir, pero los valores y la personalidad son jurisdicción de cada individuo.
Ni hablar del liderazgo! La aptitud no garantiza la actitud. Se pueden tener aptitudes increíbles para el trabajo, pero si se carece de la actitud funcional al desafío, de nada servirá.
Los desafíos actuales requieren de una visión integral del ser humano. Claro que se necesita el conocimiento técnico y especializado, pero, y cuando decimos “pero”, lo que sigue condiciona a la afirmación anterior! Pero hoy, y cada vez más, se necesitan personas con visión, que sepan dónde van, con capacidad de resolver el “cómo” llegar, con el coraje de hacer lo necesario para los resultados que se necesitan y además con el tacto y sensibilidad únicos para solucionar conflictos de valores, emociones, caracteres, etc.
La capacidad de ver más allá en los recursos de una persona del equipo, y creer en los integrantes más que ellos en si mismos. La destreza de equilibrar energías sacando lo mejor de cada uno para el logro colectivo. La valentía de ponerse al frente para asumir derrotas siendo el primero en hacerse cargo. La vulnerabilidad de mostrarse auténtico pase lo que pase.
Esto es ser un líder único! Las personas de tu equipo tienen que ver, que aunque se tengan debilidades y errores, también se pueden desarrollar la valentía, la visión y disciplina necesarias para cualquier logro!
Te deseo el mayor éxito!
Viví con entusiasmo!!!
Fernando Ibáñez Coaching